Un accidente de esquí le cambió la vida para siempre. Kayleigh Harris (23), de Reino Unido, es la protagonista de la foto que recorre el mundo. En el mes de abril, un golpe la dejó inconsciente cuando practicaba snowboard en los Alpes franceses donde trabajaba: un esquiador saltó sobre su cabeza provocándole una abrupta caída en la nieve.
La joven le escribió un mensaje a su madre, quien se encontraba de vacaciones: “Me caí. Alguien esquió sobre mi cabeza, rompió mis gafas y mi casco. Me estalla la cabeza”. Sin embargo, no resistió y quedó con muerte cerebral. Su jefe se comunicó con la familia: estaba siendo trasladada en helicóptero a un hospital.
Su cuerpo conectado a respiradores artificiales antes de pasar a sala de cirugía, donde le extirparon tres órganos, fue la última imagen que su mamá capturó de su hija, con el objetivo de concientizar sobre la donación de órganos.
Pero esa desgarradora foto es mucho más significativa: se trata del último beso, el último adiós que sus hermanos le pudieron dar a Kayleigh. "Leí historias sobre donación de órganos y estoy tan feliz de que Kayleigh pueda ayudar a otras personas. Estoy reconfortada por ello", contó la madre.