La vida de John Allen Chau se terminó a los 27 años de una manera dramática: con la intención de evangelizar a una tribu aislada y sin contacto con la civilización moderna, navegó hasta la remota isla Sentinel del Norte, en India, y fue asesinado a flechazos.
El caso copó las portadas de los medios del mundo y este jueves se conocieron macabros detalles. Conocedor de los peligros a los que se enfrentaba (la tribu tenía antecedentes de responder con flechas a cualquier acercamiento), había escrito su último deseo en su diario de viaje, que quedó en poder de su familia: "Ustedes podrían pensar que estoy loco por todo esto, pero creo que vale la pena declarar a Jesús a estas personas. Dios, no quiero morir".
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Con el correr de las horas, se supo que el misionero intentó acercarse en kayak a los indígenas ofreciendo peces y regalos. También cantó canciones religiosas y habló algunas palabras en el idioma de la tribu.
La respuesta fue fatal: le lanzaron flechas que atravesaron su cuerpo provocándole la muerte. Luego, de acuerdo al relato de pescadores que lo acercaron a la isla, recogieron su cuerpo y lo enterraron.
Despedida
Lynda Adams-Chau, la madre de la víctima, le envió una carta al diario The Washington Post en la que expresó su dolor: "Era un hijo, hermano, tío amado y nuestro mejor amigo. Para otros, fue un misionero cristiano, un médico de emergencias en el desierto, un entrenador de fútbol internacional y un montañista. Amaba a Dios, a la vida, ayudando a los necesitados y no tenía más que amor por los sentineleses".