El pasado lunes, el avión de la Fuerza Aérea de Chile desapareció con 38 pasajeros a bordo cuando se dirigía a la Antártida. Tres días más tarde, se confirmó la peor noticia: encontraron restos del Hércules C-130 en el mar de Drake.
El operativo estuvo a cargo del buque de bandera chilena Antarctic Endeavour, quien halló restos humanos y pertenencias de los ocupantes (dos bolsos, una mochila y un zapato). También elementos compatibles como el tren de aterrizaje, una rueda de repuesto, parte del sistema de carga de combustible, tela del interior y esponjas que serían de los tanques de las alas.
"Las condiciones de los restos encontrados del avión hacen prácticamente imposible que existan sobrevivientes a este accidente aéreo", indicó el jefe de la Fuerza Aérea de Chile (FACH), Arturo Merino.
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De acuerdo a lo que informaron, los elementos aparecieron a 30 kilómetros de donde se registró el último contacto de los pilotos con la torre de control. Creen que se perdió la comunicación cuando atravesaban el paso de Drake y, debido a que se considera una zona tormentosa, no alcanzaron a emitir el alerta.