El caso conmocionó a toda España. Este domingo, después de doce días de intensa búsqueda, el niño Gabriel Cruz fue hallado sin vida en el auto de la novia del padre. Dos días después del trágico hallazgo, Ana Julia Quezada confesó que lo asesinó con un hacha tras una violenta discusión.
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La mujer relató que previamente el menor quiso atacarla con la herramienta cortante que había alzado del piso, en la finca familiar de Rodalquilar. La madrastra, al defenderse y prácticamente por accidente, golpeó con la parte sin filo del hacha sobre la cabeza de Gabriel, ocasionándole la muerte. Luego, arrojó al pequeño en una fosa cerca de un aljibe.
La autopsia reveló que, efectivamente, el cuerpo presentaba una lesión en el cráneo. Pero también tenía signos de estrangulamiento. Los investigadores de la Guardia Civil descreen del testimonio brindado por Quezada. Sostienen que se trató de un crimen alevoso y premeditado. Le habría tapado la nariz con la mano después de dejarlo inconsciente.
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Una prenda del nene encontrada después de un rastrillaje con resultado negativo, las permanentes contradicciones, la intención de ofrecer una jugosa recompensa y la mala relación que existía entre víctima y victimaria, llamaron la atención de los agentes. Así que montaron una maniobra para capturar a la autora del crimen.
Después de presionarla con varios interrogatorios, los investigadores siguieron a la mujer hasta la casa de campo y descubrieron cómo sacaba el cuerpo de la víctima de un pozo para guardarlo dentro de su coche.