Cagney Wenk comenzó con fuertes dolores de cabeza tres semanas antes de la fecha de parto que le habían dado a su esposa, Jessica Li. Juntos acudieron al Hospital Boulder Community de Colorado, donde el diagnóstico fue devastador: tenía cáncer de cerebro.
La enfermedad estaba tan avanzada que los médicos le advirtieron que le quedaba poco tiempo de vida y quizás no llegara, ni siquiera, a ver nacer a su hijo Levron. Cagney fue internado y le realizaron distintos tratamientos: una biopsia, una craneotomía, quimioterapia y rayos.

Los días fueron pasando y se acercó el momento del nacimiento. Las enfermeras de la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital decidieron hacerle un regalo al hombre de 26 años. Pidieron autorización para trasladarlo al lugar donde nacería su hijo.
En la noche del 18 de septiembre, la mujer comenzó con los trabajos de parto. Cagney fue llevado junto a su cama ortopédica, su equipamiento médico, sus medicinas y todo lo necesario para que acompañe a su esposa ante la llegada del bebé.

El nacimiento ocurrió a las 02:12 de la madrugada del 19 de septiembre. "Hubo tantas lágrimas, emociones y tanto amor. Hubo un momento en que Cagney le dije a Jessica que estaban rodeados de todo el amor del mundo en ese momento", señaló Marissa Wenk, la hermana del hombre al periódico Huffington Post.
El futuro es incierto. Los médicos no tienen muchas esperanzas, pero la familia es optimista respecto a una posible recuperación. Mientras tanto, difunden imágenes y piden oraciones para este padre que conmueve al mundo.