Tal como se preveía en los últimos días, el presidente Alberto Fernández le abrió las puertas del país a Evo Morales. El ex presidente boliviano, que renunció presionado por las Fuerzas Armadas y denunció un golpe de Estado, aterrizó durante la mañana de este jueves en Buenos Aires.
El dirigente llegó en un avión que partió desde Cuba, adonde realizó una consulta médica. Antes, México le había dado asilo político.
"Pidieron asilo para entrar al país pero pidieron refugio, que es una condición diferente", dijo Solá.
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"Acaban de llegar a Ezeiza. Pidieron asilo para entrar al país pero pidieron refugio, que es una condición diferente", confirmó el flamante canciller, Felipe Solá. A Morales lo acompañan cuatro ex funcionarios bolivianos: su vicepresidente, su canciller, una ministra y el ex embajador ante la OEA.
"Evo se siente mejor acá que en México. Le acabamos de conceder la condición de refugiado. Viene para quedarse, la condición con la que entra es de asilo pero al entrar firma la condición de refugiado", amplió Solá, que cuestionó al gobierno de Macri por no otorgarle esta condición luego de su salida de Bolivia. En cambio, los hijos de Morales sí están en Argentina desde hace tres semanas.