La semana pasada se celebró en Suiza el Foro Económico Mundial de Davos con una marcada agenda en el cuidado del medio ambiente. La ONG llamó a reducir el consumo de carne roja y dejó una frase que desató polémica.
Afirmó que los ciudadanos de los países desarrollados no deberían “comer más de dos hamburguesas por persona por semana ”.
La postura no cayó bien en la industria cárnica. En Argentina, el Instituto de la Promoción de la Carne Vacuna (IPCVA) emitió un comunicado contradiciendo los argumentos.
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Según la entidad, “esta crítica hacia la ganadería y el consumo de carne se da en un contexto de crecimiento y desarrollo de la producción industrial mundial derivada de la quema de combustibles fósiles de las últimas décadas”.
Además, acusó al Foro de difundir “fake news” y afirmó que “la mayoría de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) provienen de la actividad industrial, como la electricidad, la manufactura, la construcción y el transporte”.
Por último, sostuvieron que el metano emitido por las vacas en Argentina es parte de un “ciclo natural” ya que las reses son alimentadas con pasturas.