El Gobierno nacional rechazó este miércoles el bombardeo de Israel a un campo de refugiados controlado por Hamas en la Franja de Gaza. El ataque dejó al menos 145 muertos, informaron desde Medio Oriente.
Yabalia es el mayor de los ocho campos de refugiados al norte del enclave palestino. Está poblado por personas que fueron desplazadas en la década del 40 de lo que actualmente es Israel. Aunque se lo llama campamento, en realidad es una zona urbanizada y densamente poblada.
El ataque israelí logró el objetivo de eliminar a Ibrahim Biari, un alto comandante de Hamas, según confirmó el ejército del país. Sin embargo, alrededor de 150 también murieron a causa del bombardeo.
Este nuevo avance a casi un mes del reinicio del conflicto causó una ola de repercusiones entre las naciones de todo el mundo. En las últimas horas, el Gobierno argentino condenó el bombardeo al centro de refugiados y alertó sobre la "profundización de la violencia".
"Nuestro país condena el ataque de las Fuerzas de Defensa de Israel contra el campo de refugiados de Jabalia, en el norte de Gaza, el cual produjo cientos de muertos y heridos. Resulta fundamental detener inmediatamente los ataques dirigidos contra la infraestructura civil", sostiene el documento que publicó Cancillería.
Al mismo tiempo, el Gobierno recordó que "Argentina ha condenado en términos inequívocos los ataques terroristas perpetrados por Hamas el pasado 7 de octubre y reconoce el derecho de Israel a su legítima defensa". "Sin embargo, nada justifica la violación del derecho internacional humanitario", aclararon.
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Argentina se sumó así al repudio ya declarado por el presidente de Chile, Gabriel Boric, y el mandatario de Colombia, Gustavo Petro. Hasta ahora son los únicos tres países de Sudamerica que se expresaron al respecto.
Las muertes de civiles en la Franja de Gaza también desencadenó en la reacción de varias naciones que componen la Unión Europea y otros países árabes e islámicos como Irán y Arabia Saudita.
Por su parte, Antonio Guterres, secretario general de Naciones Unidas, alzó la voz y pidió el cese de la violencia. Se mostró "profundamente preocupado" por la "intensificación del conflicto" y advirtió del riesgo de una "peligrosa escalada más allá de Gaza".