Una impactante serie de explosiones fueron programadas en Génova para tumbar el Puente Morandi, uno de los íconos de la ciudad que se desplomó en agosto pasado, cobrándose la vida de 43 personas. Para el derrumbe, fue necesaria casi una tonelada de dinamita, que se utilizó con el fin de detonar los dos pilares que aún quedaban en pie.
Inmediatamente después de la explosión, varias dotaciones de bomberos accionaron los chorros de agua para evitar que el abundante polvo se disperse por las zonas residenciales. Los más de 3.400 evacuados podrán regresar a sus viviendas cuando se comprueben bajos niveles de partículas en el aire. Mirá el momento de la detonación:
Autoridades locales informaron que los resultados de los trabajos alcanzaron “éxito total”. Cerca de 400 agentes del orden participaron del operativo. Además, se interrumpió el tránsito en las calles adyacentes durante varias horas.
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La demolición del puente busca cerrar un trágico capítulo en la historia de Italia. Una vez que se termine con la remoción de los escombros, comenzarán los trabajos para construir un moderno viaducto que estará listo en 2020 y contará con un presupuesto asciende a 200 millones de euros.