Mientras las llamas destruyen el Amazonas y el mundo clama por soluciones urgentes, los especialistas brasileros son claros a la hora de marcar la causa del desastre ambiental. Paulo Moutinho, uno de los científicos que integra el IPAM, un centro de investigación del pulmón verde más grande del planeta, señaló a la deforestación como principal motivo.
"La deforestación explica la mayor parte de los incendios. Históricamente, los incendios están ligados al avance de la deforestación, combinada con períodos de temporada seca intensa. Pero en este año 2019 no tenemos una sequía tan severa como la de los años anteriores y hay un aumento sustancial de los incendios", explicó en una entrevista.
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Así, descartó el argumento del gobierno de Jair Bolsonaro, que apuntó a la sequía y al viento como causantes de los problemas. "El fuego se usa para limpiar las áreas ya deforestadas, para abrir caminos o para preparar la tierra de cultivo. La falta de prevención hace que se propaguen a áreas que no se querían quemar", subrayó.
La recuperación, según Moutinho, demorará décadas. "Los árboles muertos pierden las hojas y eso hace que entre más sol en la selva, lo que provoca que esa vegetación se vuelva más inflamable. Si no hay nuevos incendios, se tarda varias décadas en recuperar la misma densidad", analizó, y alertó por la pérdida de "la diversidad biológica y la función de la selva", que es "abastecer a la atmósfera de nubes para producir lluvia".
¿Qué responsabilidad tiene Bolsonaro? "El problema es muy grave y el gobierno debería iniciar inmediatamente una campaña de control y prevención de la deforestación. Es un proceso que hay que interrumpir. La ocupación ilegal de tierras públicas es un robo a los brasileños".
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Por último, el científico evaluó que la cuenca amazónica está deforestada en un 20 por ciento, lo que implica un área del tamaño de Francia. "Todavía queda un 80% de selva en pie. Todavía estamos a tiempo de evitar un colapso funcional de la selva, pero la solución tiene que ser rápida", sentenció.