Pasaron 16 años de la desaparición de Madeleine MacCann y todo sigue siendo pura incertidumbre. Hace un par de semanas, la Policía de Portugal activó el operativo de búsqueda más grande en los últimos nueve años, y hay expectativa.
En este contexto, el principal sospechoso del caso, Christian Brueckner, escribió inquietantes cartas que dan cuenta de su situación dentro de la cárcel. Los documentos fueron revelados por el medio británico Daily Mail.
En un documento de cuatro páginas, el alemán de 45 años aseguró no tener nada que ver con lo sucedido con la niña y que no hay pruebas en su contra. “No podés imaginarte cómo es cuando el mundo entero cree que sos un asesino de niños, y no lo sos”, enfatizó.
"Me dijeron hace mucho tiempo que la oficina del fiscal estaba cerrando el caso de Maddie porque no hay ni la más mínima evidencia. Nunca habrá un juicio”, dice otro de los fragmentos de Christian Brueckner.
Además acusó a la fiscalía: "No están diciendo nada al público porque deben entregar los archivos a mis abogados y contienen mucho material que confirma mi inocencia”.
En la carta redactada de puño y letra, el alemán indicó que la última vez que estuvo en la zona de la represa de Arede (sitio de la reciente búsqueda) fue en 2006. Cabe recordar que la desaparición de Madeleine fue en mayo de 2007.
“La tortura por la que estoy pasando es la mejor evidencia que puedo tener. Si alguien me hubiera dicho cosas así antes, habría dicho: ‘No, no te creo’. Esto es Alemania y no Pakistán. No puedo decir el tratamiento real que recibo porque no tengo las palabras adecuadas para describirlo", apuntó.
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“Estoy escribiendo esto sin autocompasión y mi autoconfianza y autocontrol nunca estuvieron en un nivel más alto. Lo que no te mata te hace más fuerte. ¡Ánimo! Mejores días están llegando”, cerró el sospechoso.
El caso McCann estremeció al mundo desde la desaparición de la pequeña Maddie el 3 de mayo de 2007 en Praia da Luz, Portugal. Durante las vacaciones de su familia, la niña habría sido raptada, con lo cual su paradero sigue aún inconcluso a pesar de los esfuerzos de las autoridades de investigación criminal de Inglaterra, Alemania y del propio país luso.