Se trata de la escuela Robert W. Coleman Elementary School, en donde los docentes comprobaron que en menos de dos años bajó a cero la cantidad de alumnos que mandaban a dirección. ¿La clave? Haber cautivado a los más traviesos y revoltosos con la meditación.
Cuando los chicos se portan mal, son llevados a una habitación especial para meditar, la mindful moment room, en vez del odioso lugar adonde los esperaba la directora para retarlos.
La habitación fue creada por la ONG Holistic Life Foundation. Está cubierta almohadones, una preciosa decoración y pensada para que los niños realicen ejercicios de relajación, respiración y meditación. Allí se incentiva a los niños a calmarse y reenfocar sus pensamientos.
"Esta mañana me enojé con mi papá, pero después me acordé de respirar y no grité”, es el testimonio de uno de los niños en la página web de la fundación, que demuestra que el efecto de la medida excedió los límites de la escuela y tambié se trasladó a las casas.