Marcela Temer tiene 32 años y tendrá un nuevo rol, el de primera dama. Es 43 años menor que su marido de 75 y es una modelo que fue elegida en su momento como Miss Brasil.
Todas las miradas se posan ahora en la bella mujer, la revista Veja la describió como “bonita”, “recatada”, “buena esposa” y “ama de casa”. Según el reportaje, Marcela dedica sus días a llevar a su hijo Michel a la escuela y a cuidar de su casa en San Pablo. A su vez, dice que ella no escatima esfuerzos para su cuidado estético: peluquero y dermatólogo están entre sus prioridades.
Marcela terminó la secundaria e incursionó en el mundo del modelaje. Incluso llegó a obtener el segundo lugar del Miss Paulinia y participó de Miss Campinas y luego Miss San Pablo. También estudió abogacía, aunque nunca ejerció. Si bien se licenció, se dedicó a cuidar a su hijo.
El amor surgió durante una convención del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) en Paulinia. Marcela tenía 19 años y una corta carrera de modelo. Rápidamente encandiló al político, en la primera cita ya hubo un beso y la promesa de casamiento que terminó consumándose un año después, en 2003 y en secreto, con una ceremonia civil de 12 invitados.
Ella se hizo un tatuaje con el nombre de su marido en el cuello, y declaró al diario O Estado de Sao Paulo: “En nuestro caso no hay edad, es como si mi marido tuviera 30 años, él tiene su pasado y la llegada de nuestro hijo nos unió mucho más”.