Al asesino no le alcanzó con violar y quitarle la vida a Brittanee Drexel, una adolescente estadounidense de 17 años. Siete años tuvieron que pasar para que el FBI informe qué sucedió, y la historia dejó perplejos hasta a los investigadores acostumbrados a ver las peores atrocidades.
En abril del 2009, Brittanee se fue de vacaciones con amigos a la playa de Carolina del Sur. A sus padres les había dicho que iba para Nueva York, por eso ante su desaparición de pensó en un escape y el FBI ofreció 25.000 dólares por pistas sobre su paradero.
El testimonio de un detenido y testigo del crimen lo cambió todo. Según el agente Gerrick Muñoz, el testimonio cambió el eje de la investigación hacia uno de los peores crímenes que se recuerde: un joven de 16 años en ese entonces, llamado Timothy Da'Shaun, la drogó, abusó sexualmente y la asesinó de dos disparos cuando la muchacha trató de escapar.
Cómo se deshizo del cuerpo es lo más escalofriante: la arrojó en un pozo lleno de lagartos. De acuerdo al Daily Mail, en los alrededores del pueblo de McClellanville, donde ocurrió el horror, hay más de 40 pozos con reptiles, por lo que la búsqueda después de tanto tiempo es casi imposible.