Resulta difícil de creer que uno de los lugares más sagrados del cristianismo también sea uno de los más peligrosos. El sitio donde se cree que fue bautizado Jesús, en el río Jordán, Cisjordania, es un campo minado.
A metros del Qasr al Yahud (que significa "Pasaje del Judío"), el lugar venerado por los fieles, hay unas tres mil minas en las iglesias que están alrededor. Las mismas fueron plantadas en los años 60 por soldados israelíes, durante la Guerra de los Seis Días.
Casi 50 años después, Israel ha comenzado a retirar los explosivos junto con la ONG británica Halo Trust. Los gobiernos isreaelí y palestino coincidieron en la necesidad de llevar adelante esta tarea que puede tardar 20 años.
Se calcula que más de 300 mil creyentes acuden cada año a la orilla del río desde su reapertura en 2011. Ahora recuperarán las zonas aledañas, consideradas sagradas.