La capital de Venezuela fue protagonista de un jueves de máxima tensión por las manifestaciones convocadas tanto por la oposición como por los seguidores del Gobierno encabezado por Nicolás Maduro. La ciudad amaneció blindada y con estrictos controles de seguridad en las rutas de acceso, debido a la llegada de miles de ciudadanos del interior para sumarse a la llamada "Toma de Caracas".
Se trató de una marcha organizada por los detractores del chavismo y que busca presionar por una fecha para celebrar un referéndum para revocar al presidente. Henrique Capriles, gobernador del estado de Miranda y uno de los líderes opositores, denunció que la Guardia Nacional bloqueó carreteras para impedir que lleguen los manifestantes. Pese a eso, centenares decidieron bajarse y continuar hacia Caracas caminando.
La contramarcha
Los defensores de la revolución que llegó al poder hace 16 años de la mano de Hugo Chávez, se reunieron en la avenida Bolivar del centro de la capital, amenazando hacer frente a sus rivales políticos. Bajo el hashtag #NoAlGolpeEnVenezuela llamaron a un acto que contó con la presencia del propio presidente Maduro.
"Yo voy con la mano de hierro que me dio Chávez. Que nadie se equivoque conmigo. Estoy dispuesto a todo", advirtió Maduro.
"Yo voy con la mano de hierro que me dio Chávez. Que nadie se equivoque conmigo. Estoy dispuesto a todo", gritó el presidente ante la multitud. La advertencia está dirigida a los dirigentes del Parlamento, ya que anunció que cancelará la inmunidad de la que gozan para acusarlos de conspirar contra el Gobierno.
"Tengo listo el decreto para levantar la inmunidad a todos los cargos públicos y que nadie utilice la inmunidad para conspirar, para complotarse, para ir en contra del pueblo y de la paz", lanzó Maduro.
Apoyo K en Argentina
Hebe de Bonafini lideró un pequeño acto del kirchnerismo en la embajada de Venezuela en Buenos Aires. "Viva Maduro", gritó la madre de Plaza de Mayo.