En África, se estima que los leones salvajes acaban con la vida de 250 personas por año. En una pelea desigual, los humanos se multiplican por miles para dar muerte a los animales de la selva. Algunos, que se dedican a la caza furtiva, terminan siendo cazado por las presas.
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Este sábado y sin autorización, un hombre se habría infiltrado en Parque Nacional Kruger, en el sur del continente, con un fusil 456 para matar rinocerontes o elefantes. Según fuentes policiales, el cazador clandestino fue asesinado por un grupo de felinos feroces.
El cuerpo de la víctima se encontró mutilado cerca de la reserva. "Al parecer estaba cazando ilegalmente cuando fue atacado por un grupo de leones que lo devoró. Dejaron sólo la cabeza y algunos trozos de carne", relató Moatshe Ngoepe, portavoz de la policía.
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El cadáver no pudo ser identificado por no hallarse documentación en el lugar. Según el sitio Daily Mail, un grupo de aldeanos, próximos al parque, escucharon los gritos del cazador e hicieron disparos al aire. El ruido ahuyentó a los animales, pero cuando llegaron en socorro ya era demasiado tarde.