Pobreza, guerra, el Estado Islámico, un gobierno muy cuestionado y escasez de billetes. La lista de problemas de Libia es larga y una posible solución terminó en un papelón mundial.
Muamar al Gadafi, el dictador asesinado en 2011, tenía una caja fuerte llena de monedas de oro escondida en la ciudad de Beyda. Según los cálculos del actual gobierno, la fortuna está valuada en 184 millones de dólares.
Pero no la pueden abrir. El Banco Central contrató a dos ladrones para violar el código de cinco dígitos, según informa el diario estadounidense The Wall Street Journal.
Para colmo, si logran entrar en la caja fuerte no podrán usarlas de inmediato: todas las monedas tendrían la cara de Gadafi y no desean ponerlas en circulación. "No quiero causar ninguna controversia en la calle por la publicidad de la cara", lamentó el gobernador del Banco Central de Libia, Ali El Hibri, que analiza fundir el oro.