Un granjero australiano llamado Colin Deveraux sufrió el ataque de un cocodrilo de más de tres metros de largo. El hecho no sorprendería en el país oceánico debido a los constantes embates de estos reptiles. No obstante, lo que llamó la atención es que la víctima le devolvió la mordida al animal.
La secuencia tuvo lugar cerca del río Finnis en el Territorio del Norte cuando el ganadero se detuvo junto a un lago para observar a los peces. Mientras se alejaba, la bestia se prendió con su mandíbula a su pierna derecha. "Me sacudió como a un muñeco de trapo y volvió al agua, tirando de mí", explicó el damnificado.
En un principio, Deveraux pateó en las costillas al cocodrilo, pero como no le soltaba la pierna, se vio obligado a devolverle con la misma moneda. Así fue que mordió al animal en el párpado.
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"Estaba en una posición tan incómoda... pero accidentalmente mis dientes atraparon su párpado. Era bastante grueso, como si estuviera mordiendo un cuero, pero tiré de su párpado hacia atrás y me soltó", agregó.
El granjero calculó que el ataque duró alrededor de ocho segundos y que, tras una breve persecusión, el reptil dejó de seguir al hombre.
Con la herida sangrando en su pierna, Colin detuvo la hemorragia usando una toalla y una cuerda, mientras su hermano lo llevaba a un hospital ubicado a 130 kilómetros del lugar del incidente.