Raptada, violada y asesinada de una de las peores maneras que se recuerde. El caso de Brittanee Drexel ocurrió en el 2009, pero los detalles que salieron a la luz lo pusieron nuevamente en los portales de Estados Unidos y el mundo.
A los 17 años, la joven fue abusada y asesinada por una patota en Carolina del Sur. Seis años después, sus padres repasaron cómo fue el crimen y revelaron que, sin saberlo, en una ocasión le pidieron ayuda al principal sospechoso.
"Entregué un volante con el pedido de información a un auto que estaba detenido y había dos personas murmurando atrás. Les pregunté si sabían algo de esta chica. Se rieron y el conductor arrugó el papel y lo tiró por la ventana. Se alejaron entre risas", contó la madre.
"Mi corazón se rompió porque Brittanee no merecía esto. Son monstruos, no respetan la vida de nadie", dijo la madre de Britanee.
Tiempo atrás, el FBI cerró el caso y se conocieron los primeros detalles escabrosos. Un preso, condenado por otro crimen, relató que vio a Britanee en una casa abandonada con adictos e indigentes.
La investigación, apoyada en varios testimonios, determinó que el cadáver de la joven fue tirado a un estanque lleno de cocodrilos, por lo que nunca apareció. "Mi corazón se rompió porque Brittanee no merecía esto. Ella no conocía a estas personas. Son monstruos, no respetan la vida de nadie", se lamentó la mujer.