Lula da Silva se convirtió en el primer expresidente preso en Brasil condenado por corrupción. Pasó su primera noche en la cárcel de Curitiba, luego de haber llegado el sábado escoltado por un helicóptero.
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Este domingo, la sede de la Policía Federal de Curitiba amaneció rodeada de agentes de las fuerzas de seguridad. Establecieron un perímetro de unos cien metros a cada lado, controlando los accesos al recinto y permitiendo solamente el ingreso al personal autorizado, moradores y reporteros.
Según trascendió, el exmandatario brasilero durmió en una celda de 15 metros cuadrados con baño privado, que fue preparada especialmente para él. Allí, cumplirá su condena a 12 años y un mes, luego de la Justicia considerara que es la figura de la operación Lava Jato y adquiriera un departamento de lujo por parte de una constructora a cambio de obtener contratos con Petrobras.
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Además, se conoció que Lula podrá disfrutar de actividades al aire libre solo dos horas por día y, por el momento, no tendrá derecho a recibir visitas.