Lula Da Silva, quien le escribió una carta a Cristina Kirchner antes de la destitución de Dilma Rousseff, se paró frente a un grupo de seguidores y se defendió llorando, orgulloso de “saber que la persecución es por causa de las cosas buenas que hizo".
El expresidente de Brasil, entre lágrimas y con la voz quebrada, cuestionó a la Justicia de su país. “Prueben una corrupción mía e iré caminando a la cárcel”, manifestó ante una multitud en un acto partidario.
La Fiscalía brasileña lo acusó de ser uno de los autores intelectuales de las maniobras fraudulentas en la empresa estatal Petrobras. "Quiero decir a las personas serias del Ministerio Público, la Policía Federal y la Justicia que estoy a entera disposición. Nadie está por encima de la ley. Pero busquen a otro para buscar problemas", dijo el ex presidente.
El juez Sergio Moro condenó a 9 años y 10 meses de prisión a una persona muy cercana a Lula por los crímenes de corrupción pasiva y gestión fraudulenta de institución financiera.