Sarah Sands, una mujer de Londres, se enteró de lo peor: descubrió que su aparente buen vecino, Michael Pleasted, de 77 años, era un pedófilo que había abusado a varios niños, entre ellos su hijo de 12 años.
Presa de la indignación, la madre tomó un cuchillo de cocina de su casa, fue hasta el departamento del abusador y le dio ocho puñaladas. Todo ocurrió en 2014, pero tras cumplir una condena a siete años por "homicidio por pérdida de control" la mujer dio su versión a la prensa británica.
Al recordar al pedófilo, Sarah relató que aparentaba ser un buen vecino y un "modelo a seguir". Por eso, en aquel entonces no dudó en aceptar el ofrecimiento de Pleasted para que su hijo colabore en el centro comunitario donde trabajaba el hombre.
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“No tenía ninguna razón para no confiar en él. Pensé que mi hijo estaba a salvo", repasó en diálogo con el periódico The Sun.
Apuñalado
La mujer argumentó que hizo "lo que cualquier madre haría" ante la aberración que cometieron contra su hijo. “Nunca soñé que sería capaz. No me enorgullece, pero al menos sé que no hace daño a nadie más. No soy una mala persona pero sé que hice algo malo. Nunca lo he negado y me han castigado”, explicó, aunque aclaró que no volvería a cometer un crimen en la misma situación.
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“Tomé un cuchillo y fui a su casa. No me escuchó. Era frío. Un hombre diferente al que había sido mi amable vecino. Lo pinché en la frente con el cuchillo y me agarró. Perdí el control. No podía dejar que nadie más saliera herido, alguien tenía que proteger a la gente”, subrayó.
En total, se estima que Pleasted cometió al menos 24 delitos contra menores entre las décadas del 70 y el 90. Para disimular su pasado y que lo identificaran, había utilizado nombres falsos.
Sarah, en una foto actual junto a su hijo.