Estambul vivió un comienzo de año sangriento. El ISIS se atribuyó la masacre en el boliche Reina que provocó la muerte de 39 personas e hirió a decenas más. En un comunicado afirmó que fue en represalia por los bombardeos turcos contra la organización terrorista. La policía turca detuvo a doce personas, pero aún siguen buscando al autor del atentado.
Pero en medio de ese escalofriante ataque, un turista de Estados Unidos, Jacob Raak, viajó a Estambul para disfrutar de sus vacaciones con amigos, pero jamás imaginó que sería testigo de este hecho y podría contar esa historia de terror.
Afortunadamente, el norteamericano sobrevivió gracias a su celular luego de recibir un disparo en su pierna. La bala golpeó el dispositivo provocando su destrucción completa. Los médicos aseguraron que el teléfono ayudo a que una arteria se dañara.
“Cuando me disparó, no me moví, sólo dejé que me disparara”, aseguró Raak, tras quedar en silencio e inmóvil mientras el terrorista seguía apuntando a quienes estaban tirados en el suelo.