El hombre baleado se desangraba por una herida en el hombro. Estaba tirado en el piso e interrumpía la entrada a un local, en el Mercado de Abastos de Tepic. No podía levantarse por sus propios medios y gritaba del dolor.
La gente se agolpó alrededor mientras esperaban la llegaba de la ambulancia. Una de las personas comenzó a grabar la escena con su celular. En ese momento, apareció la dueña del local. Indignada porque no entraban clientes a su negocio, mostró su peor cara. "Por favor, arrímese para allá, jálese para allá, váyase arrimando para allá. Vaya arrempujándose para abajo, para afuera, afuera, que aquí no puede estar, por favor", le dice con total desparpajo y desprecio por la vida al herido, que horas después falleció.
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