El estado sureño de Mississippi, Estados Unidos, aún no sale de la conmoción por la trágica muerte de una nena de 13 años. Ocurrió el pasado sábado, cuando un momento de diversión entre dos hermanos terminó de manera fatal.
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La niña y su hermano de nueve años estaban jugando a los videojuegos frente al televisor de la casa. Pero cuando él le pide el mando de la consola, ella se niega y comienzan a discutir fuertemente.
“Entonces el pequeño le disparó por detrás de la cabeza con una pistola calibre 25 y la bala atravesó el cerebro”, reveló la sheriff Cecil Cantrel a los medios norteamericanos.
La bala le perforó el cráneo e inmediatamente fue trasladad a un hospital, donde murió el domingo. Aún desconocen cómo accedió al arma. Mientras tanto, investigan en qué medida fue consciente del peligro. Sin embargo, las autoridades no saben cómo enfrentar este hecho y qué tipo de cargos pueden utilizarse contra el niño.
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“Es un terreno nuevo para nosotros. Nunca hemos tratado a un niño de nueve años que dispare a otrob Queremos asegurarnos de que estamos haciendo todo de manera correcta”, aseguró Cantrel.
El episodio se desató en medio del debate en Estados Unidos por el control de armas y cómo presionar para imponer límites al mercado, luego de los trágicos tiroteos en escuelas, como el caso de Parkland, Florida.