Aunque la multa no es alta, provocó una discusión nacional en Gran Bretaña. Una mamá tuvo que pagar 77 euros porque su hija perdió una semana de clases al irse de vacaciones a Ibiza.
Michelle Smith, la protagonista de la historia, es una agente de viajes de 34 años, tiene cuatro hijos y un problema generado por la regulación del período de vacaciones en el Reino Unido. Según la legislación vigente, hay libertad en los colegios para mover el período vacacional según la conveniencia de cada institución. Es por eso, que a Michelle no le coincidían las fechas de sus cuatro hijos y decidió que su hija, de 12 años, perdiera una semana de clases para poder ir todos juntos a Ibiza.
La familia se quedó ocho noches en la isla sin ningún tipo de preocupación sobre las ausencias en la escuela. Es más, Amelia, la niña de 12 años, tenía, hasta las vacaciones, el 100 por ciento de asistencia.
En declaraciones a varios medios británicos, Michelle dijo que “cuando anunciaron los días de vacaciones me fui hasta el colegio para comprobar que las fechas eran correctas, porque no podría creer que fueran tan diferentes a las de sus hermanos". Así justificó y explicó la razón de la decisión familiar.
El problema se presentó cuando a los diez días de volver de vacaciones, les llegó una notificación con la multa del área de Educación. La razón es que las ausencias sólo pueden justificarse por lutos, funerales o enfermedades pero nunca, por vacaciones. “Tiene que imperar el sentido común”, dijo la directora del Colegio al que asiste Amelia, Karen McCarter.