El Papa emérito Benedicto XVI murió este sábado 31 de diciembre a los 95 años. El fallecimiento del alemán Joseph Ratzinger se produjo luego de haberse agravado su estado de salud días antes de la Navidad, a causa de problemas respiratorios.
Residía en el monasterio "Madre de la Iglesia, en la Ciudad del Vaticano, después de haber renunciado como pontífice, decisión que desencadenó en la asunción del argentino Jorge Bergoglio como máxima autoridad de la Iglesia Católica.
Nacido el 16 de abril de 1927, Ratzinger explicó en varias oportunidades que tenía una salud frágil. Su padre y sus hermanos padecieron ictus cerebrales y él sufrió un derrame en 1991 que le provocó la pérdida progresiva de la visión del ojo izquierdo.
Era arzobispo de Munich cuando el 19 de abril de 2005 fue designado como 265° pontífice, en reemplazo de Juan Pablo II, quien falleció el 2 de abril de ese mismo año.
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Benedicto XVI presentó su dimisión el 28 de febrero de 2013, aduciendo problemas de salud. "Sentía que no me alcanzaban las fuerzas", expresó, luego de manifestar que permenecería como una figura emérita.
La última foto pública del papa emérito data del 1° de diciembre último, cuando recibió a los ganadores de un premio de Teología. Su última actividad oficial, en tanto, había sido el 27 de agosto, cuando saludó de manera personal a los 19 nuevos cardenales creados por el actual dignatario de la iglesia católica.
La llegada de Bergoglio
En esas circunstancias se produjo el nombramiento de Bergoglio como Papa el 13 de marzo de 2013. El ex arzobispo de Buenos Aires escogió el nombre de Francisco.
Durante los últimos días de diciembre, el papa Francisco visitó a su antecesor en su vivienda y pidió oraciones teniendo en cuenta su delicado estado de salud.