A una semana de la masacre de Texas, Estados Unidos sufrió un nuevo tiroteo. En este caso, el ataque tuvo lugar en el hospital Saint Francis, ubicado en la ciudad de Tulsa (del Estado de Oklahoma).
El jefe de la Policía local confirmó en una rueda de prensa que hasta el momento son cinco los muertos y hay varios heridos. Uno de los fallecidos fue el mismo agresor, cuya identidad aún no fue confirmado, aunque se sabe que se trata de un hombre de entre 35 y 40 años.
Según las fuerzas de seguridad, el criminal acudió armado con un rifle y una pistola. Además, aseguran que se suicidó tras la llegada de los agentes. Tampoco se conoce qué motivó al atacante.
El vocero destacó la rápida respuesta de los oficiales. Afirmó que recibieron la denuncia a las 16.52 de este miércoles, y que los primeros patrulleros llegaron al lugar de los hechos en tan solo tres minutos. Por eso, se especula con que el tiroteo ocurrió en un perído de entre cuatro y cinco minutos.
Víctimas
Las autoridades locales establecieron un perímetro de seguridad y prohibieron el ingreso de civiles. Además, le indicaron a los familiares de las personas que trabajaban o estaban internadas en el hospital que se acercaran a la escuela secundaria Memorial para obtener más información.
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El CEO del establecimiento, el Dr. Cliff Robertson, se mostró conmovido por los hechos. En diálogo con los medios locales enfatizó: “Este hecho no va a cambiar nuestro compromiso con el cuidado de quienes lo necesitan”.