En 2015, Pakistán sufrió una mortífera ola de calor que dejó más 1.300 víctimas fatales. Aunque ahora los números no son tan catastróficos, las altas temperaturas son trágicas: en los últimos tres días murieron al menos 65 personas y se espera que la situación empeore.
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Así lo informó una organización humanitaria, la Fundación Edhi, según la agencia Europa Press. Todas las víctimas residen en Karachi, ciudad portuaria del sur del país en la que viven más de 21 millones de personas.
El lunes, la temperatura alcanzó los 44 grados centígrados y las condiciones agobiantes se mantendrán hasta al menos el jueves. Muchas de las víctimas seguían el estricto ayuno del Ramadán, el mes sagrado para los musulmanes en el que no se como ni se bebe agua durante el día.
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Además, el clima extremo provocó cortes de luz. "Tenemos los cuerpos en nuestras instalaciones refrigeradas y sus médicos de barrio han informado que murieron por golpes de calor", indicó un vocero de la Fundación Edhi a Reuters. Muchos afectados "trabajan con calentadores y hervidores en fábricas textiles", explicó.