Hoy comenzó la conferencia sobre el crimen organizado y el tráfico de seres humanos, que se llevó a cabo en la sede de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales del Vaticano.
En la primera jornada, el Papa Francisco compartió un encuentro con los jueces de todo el mundo. Allí agradeció a los organizadores por colaborar para “contribuir al progreso humano y social”. “La Iglesia está llamada a comprometerse. No cabe el adagio de la Ilustración, de que la Iglesia no deba meterse en política. La Iglesia debe meterse en la gran política”, deslizó y todos afirmaron con un respetuoso aplauso.
Además, se dirigió específicamente a los jueces y funcionarios que participaron del evento y agregó: “Yo sé que ustedes sufren presiones, amenazas, y sé que hoy días ser juez, ser fiscal, es arriesgar el pellejo”. También les delegó el deber de hacer justicia, siendo los responsables de defenderse para no “caer en la telaraña de corrupciones”.
En ese acto participó el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, fiscales y jueces argentinos como Servini de Cubría y Sebastián Casanello.