En un mensaje en el que volvió a reivindicar el cuidado ambiental como valor, el papa Francisco hizo un curioso pedido. Llamó a “consumir menos carne”.
El excardenal Jorge Bergoglio habló en una conferencia para la juventud de la Unión Europea, que se desarrollará hasta este miércoles en Praga. Allí, aseguró: “Es urgente reducir el consumo no sólo de combustibles fósiles, sino también de muchas cosas superfluas”.
En ese sentido, remarcó: “En ciertas zonas del mundo, sería conveniente consumir menos carne, esto también puede ayudar a salvar el medio ambiente".
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La postura expresada se alínea con la encíclica promulgada por el sumo pontífice en 2015, Laudato si', que defiende el concepto de "ecología integral". El líder religioso también remarcó el rol de la juventud en este proceso, al sostener que “son capaces de tomar iniciativas concretas".
La situación en Argentina
Paradójicamente, la postura expuesta por el papa no coincide con las decisiones tomadas por la mayoría de sus compatriotas. Según un informe publicado recientemente, Argentina es el país con mayor nivel de consumo de proteínas animales per cápita del mundo, con un promedio de más de 100 kilos por habitante al año.
Es cierto que la ingesta de la carne de vaca ha tenido una importante caída en los últimos años. De hecho, según la Bolsa de Comercio de Rosario, 2021 se alcanzó un piso histórico, con los niveles más bajos de comercialización en el mercado interno de los últimos 100 años.
Sin embargo, pasó exactamente lo opuesto con el cerdo y pollo. En los últimos 22 años, la carne porcina aumentó en nueve puntos porcentuales, mientras que el pollo lo hizo en 16. Esto señala un proceso de sustitución de productos, y no una disminución en el consumo de proteínas animales.
Esto tiene que ver con la suba en el costo de la carne de res. Un análisis histórico indicó que, mientras que en el año 2000 el valor de un kilo de tira de asado alcanzaba para pagar uno y medio de pollo, hoy con el mismo costo de ese corte se compran más de tres kilos y medio de pollo. En el caso del cerdo, la relación pasó de ser de un kilo contra 600 gramos, a un kilo y medio.