Manuel Marín les pagó para que asesinaran a Camilo Salazar, el amante de su esposa. Los sicarios acataron la orden y lo torturaron hasta matarlo: lo secuestraron, golpearon, degollaron y le fracturaron la mandíbula y el cráneo. De acuerdo a lo que trascendió, el cuerpo apareció en un humedal al sur de Florida (Estados Unidos). Tenía la garganta cortada y el pene quemado.
El hecho sucedió en 2011 en Miami. Tras el hallazgo del cuerpo, Marín, empresario de origen cubano, se fue del país. En 2018 lo detuvieron en España y extraditaron a Estados Unidos. A 12 años del crimen, el juez de un tribunal de Miami-Dade lo condenó a 69 años, prisión de por vida.
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Se le adjudicaron varios cargos: secuestro, 30 años por homicidio involuntario y 15 años por conspiración para cometer el secuestro. Sin embargo, fue absuelto de asesinato en segundo grado.
Jennifer, exesposa de Marín, declaró en el juicio que el empresario cubano le había hecho una advertencia durante un paseo en yate: "Me dijo que me amaba y que tenía que dejar de hacer lo que estaba haciendo, o iba a causar una desgracia”.
En 2019, los sicarios contratados fueron condenados. Alexis Vila Perdomo, exmedallista olímpico cubano, recibió 15 años de cárcel, mientras que el entrenador Roberto Isaac cadena perpetua. Del secuestro también participó el exluchador de artes marciales mixtas Ariel Gandulla, quien recibió tres años de cárcel tras declararse culpable.
Los sicarios Alexis Vila Perdomo y Roberto Isaac.