Una noche de excesos le costó el trabajo a un piloto que estaba a punto de arrancar un vuelo de 12 horas. Ocurrió en Johannesburgo, Sudáfrica, cuando el avión iba a salir con destino a Londres, en Inglaterra.
Mike Beaton fue sometido a un test de drogas y dio positivo. Inmediatamente fue echado por la empresa British Airways. El hombre había participado esa noche previa de una fiesta que incluyó alcohol, drogas y mujeres.
Beaton iba a copilotar el vuelo hacia territorio británico, pero una azafata encendió las alarmas y los gerentes de la compañía suspendieron el viaje. Esta acción le costó a la aerolínea unas 100 mil libras esterlinas, según informó el diario The Sun.
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Al parecer, Beaton le contó a su compañera de trabajo su noche desenfrenada en Johannesburgo, en la que incluyó orgías y drogas. La fiesta se produjo apenas horas antes de tener que presentarse en el aeropuerto.
El medio antes citado accedió a un chat de Beaton en el que se explayó aún más sobre la salvaje noche. "He perdido la camisa y uno de los chicos del lugar saca un plato con unas líneas de coca. Entonces hay un debate sobre quién tiene el mejor pecho para hacer unas líneas", escribió en dicho mensaje.
En otro fragmento, el piloto presumió su accionar con total orgullo: "He sido un niño muy travieso". Al recibir estos mensajes, la azafata se preocupó por los riesgos que podía tener el vuelo y delató a su compañero.
La empresa le realizó una prueba de drogas a Beaton, que no pudo superarla y fue despedido en medio del escándalo. "La seguridad es siempre nuestra máxima prioridad. El asunto fue remitido a la CAA y este individuo ya no trabaja para nosotros", comunicó oficialmente British Airways.