“Es el próximo gran escándalo”, afirmó Vincent Doyle. Este irlandés es un psicoterapeuta a quien, cuando tenía 28 años, su madre le confesó que su padre era un cura católico.
Desde entonces, creó un grupo de apoyo internacional para dar ayuda e información a otros hijos de sacerdotes, para que puedan lograr que sus padres los reconozcan. Aunque no se sabe cuántos podrían estar en esa situación, el grupo tiene más de 50 mil miembros de 175 países.
Con su descubrimiento, Doyle presionó a varios obispos para que reconozcan a sus hijos, pero la respuesta que recibió fue que “son producto de la más rara de las transgresiones”. Sin dudas, un escándalo para la Iglesia.
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Pero un arzobispo le mostró lo que él estaba buscando: hay un documento del Vaticano con reglas a seguir para aquellos curas que tienen hijos. Pero, cuando preguntó si podía tener una copia, le dijeron que era un manual secreto.
Y ahora, El Vaticano acaba de confirmar que ese documento es real. “Es un documento interno”, le reveló Alessandro Gisotti, el vocero del Vaticano, a The New York Times.
Las reglas secretas para curas padres
Gisotti admitió que la resolución es de 2017 y figura un “pedido” para que el cura abandone el sacerdocio “y asuma sus responsabilidades como padre, dedicándose exclusivamente al niño”.
De todas maneras Monseñor Andrea Ripa, un importante funcionario del Vaticano y miembro de la Congregación para el Clero que supervisa a más de 400.000 sacerdotes, dijo en una entrevista que ese “pedido” es solo una formalidad. Que a un cura no se le puede imponer que renuncie.
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Sin embargo, la Iglesia dio un paso adelante porque se imaginó el escándalo: “Si el cura no pide abandonar el sacerdocio, lo van a echar”, aseguraron.
“Hay hijos por todo el mundo”, afirmó Vincent Doyle. Además, el irlandés reveló que la Iglesia tiene un término específico para ellos: “Hijos de los ordenados”.
El escándalo salta a la luz mientras el Vaticano se prepara para una cumbre sin precedentes entre el Papa Francisco y obispos de todo el mundo para hablar sobre la crisis por abusos sexuales. Víctimas de curas abusadores (que implican tanto a menores de edad como a mayores y a monjas) tienen pensado ir a Roma para protestar.