Desde hace cuatro años, Juju Oliveira atraviesa duros momentos: salir a la calle le representa mucho dolor por las burlas que recibe a diario. Todo comenzó en 2017, cuando decidió hacerse una cirugía en su rostro y aceptó ponerse 250 mililitros de silicona industrial.
La mujer trans, oriunda de Passo Fundo, en el estado Rio Grande del Sur, se sometió a la operación estética en una clínica clandestina. Sin embargo, jamás imaginó las consecuencias a las que actualmente debe enfrentarse.
Su cara se deformó completamente: el líquido se le esparció por la mejilla, nariz, mandíbula y el mentón. Desde entonces, inició una campaña para recaudar dinero y poder sacarse la silicona industrial.
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Necesitaba 45 mil reales, pero solo reunió 20 mil. Completamente devastada por no llegar a su objetivo, utilizó sus redes sociales, donde tiene más de 37 mil seguidores, para aconsejarles que no cometan el mismo error: "Lamento habérmelo puesto. Creo que es importante advertir a la gente que no lo repita y no haga lo mismo".
"Hay un montón de travestis y transexuales que creen que ponerse silicona es una maravilla. La silicona industrial es un peligro", advirtió conmovida por su situación.
Como la operación no podrá realizársela, decidió donar el dinero que recaudó gracias a la solidaridad de otras personas. "Hoy estoy muy triste. Sabiendo que no me operaré, que seguiré con la cara así, toda deformada. Y que la gente se seguirá burlando de mí", expresó Juju Oliveira.