En 10 días el agua corriente podría dejar de ser potable en la capital de Uruguay. Así lo reconoció el presidente de la banda oriental, Luis Lacalle Pou, al sostener: "Si no llueve, va a haber un lapso en el que el agua no va a ser bebible".
Según detalló a El Doce el meteorólogo Mario Bidegain el embalse Paso Severino, de donde se provee Montevideo, está operando al 2 por ciento de su capacidad. El especialista remarcó que la principal causa del desabastecimiento es la sequía de tres años y medio, un fenómeno sin precedente.
Aunque se esperan importantes lluvias para la primavera, la incógnita es cómo se mantendrá la situación hasta ese entonces.
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“Estamos en una emergencia casi bíblica”, resumió el expresidente Luis Alberto Lacalle Herrera en su paso por Córdoba. “A veces falta electricidad, ¿pero que falte para tomarse un vaso de agua? Es realmente una crisis que el gobierno del Uruguay y todas las fuerzas estamos enfrentando”, agregó.
El exmandatario y padre del actual presidente buscó desligar de responsabilidades a la gestión actual al asegurar que es un problema que “viene del cielo”. “A los gobiernos les toca lidiar y bailar con la fea, están tratando de paliar esto. Se reparte agua como en la época de la colonia”, dijo.
Sus dichos contradicen a la postura de otro expresidente uruguayo, José Alberto “Pepe” Mujica. El referente del Frente Amplio aseguró que todos los partidos “comparten la responsabilidad” del drama actual.
La periodista argentina radicada en Montevideo, Valentina Koifman, detalló que más allá de la sequía hay problemas en la administración del recurso hídrico.
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“Generalmente en una ciudad se desperdicia en promedio un 18 por ciento de agua potable, en Uruguay ese número es del 50 por ciento”, comentó. Y precisó: “Hemos visto videos de caños rotos con agua derrochando a lo geiser, te dan ganas de largarte a llorar”.
Para estirar las reservas, las autoridades mezclaron agua potable con otra más salina y les agregaron más sodio y cloro de lo normal. Todavía es apta para consumo, pero tiene un sabor mucho más salado.
Además, representa importantes riesgos para la salud de ciertos grupos. Por eso, está contraindicada para hipertensos, embarazadas, algunos grupos de enfermos crónicos y menores de dos años.