La principal teoría detrás del tiroteo de Tulsa es tétrica: el objetivo del criminal habría sido vengarse de un médico.
Según informó el jefe de policía de la ciudad de Oklahoma, Wendell Franklin, el asesino fue identificado como Michael Louis. El hombre era paciente del Hospital Saint Francis, lugar donde cometió la matanza, y su médico, el Dr. Preston Phillips, fue una de las cuatro víctimas del caso.
Cuando los oficiales llegaron a la escena del crimen, encontraron a Louis muerto, por lo que se presupone que el atacante se suicidó. Según las autoridades, el homicida llevaba consigo una carta en donde “dejaba en claro que entró con la intención de matar al Dr. Phillips" y a cualquiera que se interpusiera en su camino.
+ MIRÁ MÁS: Masacre en Texas: qué se sabe del asesino y sus últimos mensajes de advertencia
Cabe mencionar que además del médico murieron otras tres personas. Según la información oficial, las demás víctimas fueron una recepcionista, un paciente y otra doctora.
Los hechos
A mediados de mayo, Louis acudió al centro médico y fue operado de la espalda por el Dr. Phillips. Tras la cirugía, el paciente se comunicó en reiteradas veces con los especialistas por tener fuertes dolores.
El martes de esta semana volvió a ingresar al hospital y se reunió con el médico para recibir algún tipo de tratamiento. El miércoles, horas antes del tiroteo, llamó para quejarse nuevamente de sus dolencias.
Ese mismo día compró un rifle semiautomático y una pistola, armas con las que acudió al lugar de los hechos y efectuó los asesinatos.