Como si la ayuda humanitaria fuese un juego, el primer mandatario de los Estados Unidos protagonizó un verdadero papelón en Puerto Rico. Emulando ser un basquetbolista, Donald Trump lanzó rollos de papel higiénicos a los habitantes de la isla que fueron a verlo al predio cerrado.
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Después del paso del huracán María, que provocó 34 muertes y destrozos millonarios en el país caribeño, desde Norteamérica decidieron ayudar a su estado libre asociado. Como símbolo de la asistencia, el propio titular del gobierno de Washington encabezó el reparto de artículos de primera necesidad a damnificados del temporal.
Pero tuvo un gesto desafortunado. Quiso mostrarse genuino y desestructurado pero, a pesar que nadie en el lugar se enojó, no tuvo en cuenta el contexto. Los presentes representaban a la gente que perdió familiares, bienes y trabajo. Mirá el polémico momento:
Los legisladores que responden a Trump quieren que el congreso autorice el envío de 29 mil millones de dólares a zonas de desastre natural. La máxima autoridad republicana en el gobierno quiso mostrarse como un buen benefactor, pero continuó con un discurso cuyo inicio también podría interpretarse como desubicado.
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"Odio decirlo, pero ustedes han dejado nuestro presupuesto un poco fuera de control porque hemos gastado mucho dinero en Puerto Rico", declaró. Inmediatamente después se compuso sobre sus propios pasos y dijo: "Y eso está bien, hemos salvado muchas vidas".