Al número 1 del gobierno del país más poderoso del planeta nada parece alterarle el pulso ni despeinarle el jopo. Dentro de un contexto geopolítico convulsionado, mostrar que el mando se puede seguir ejerciendo, en caso de guerra, forma parte de la estrategia de política internacional norteamericana.
Si estallaran bombas nucleares, la flota estadounidense cuenta con cuatro "Jumbos" que han sido adaptados para poder albergar al comando militar de la nación.
Los E-4B, también llamados "Doomsday" (en inglés, hace referencia al día del juicio final), vienen acompañando a los mandatarios desde 1975 en los viajes intercontinentales. Su producción fue pensada para usarse, en caso de necesidad, durante la guerra fría.
Con el clima de tensión creciente entre potencias mundiales con poder de destrucción masivo, la presencia de estos gigantes del cielo se reactualiza.
No sólo siguen al mandamás de la nación del norte por todo el planeta, también desde el aeropuerto de Nebraska siempre hay disponibilidad inmediata de una nave en caso de emergencia nacional.
EEUU es el país con mayor poder bélico que existe en el mundo. Como su tecnología y arsenal es inigualable, llama la atención que dependa de una avión de más de 40 años de antigüedad para protegerse de un ataque que pudiera poner en riesgo hasta la vida misma.
Las razones de confiar en estas aeronaves son muchas. Por ejemplo, en caso de emergencia nacional, el presidente y jefes de las Fuerzas Armadas podrían continuar sus funciones desde el aire.
La capacidad de transporte, en sus tres cubiertas, es para 112 personas, siendo la autonomía de vuelo para 35 horas. Además, podría reabastecerse de combustible en pleno vuelo, pudiendo trasladarse sin aterrizar por una semana completa.
Dentro de las principales curiosidades del "Doomsday" es que su comando es totalmete analógico. La estrategia se eligió para evitar cualquier ataque electromagnético que altere el sistema computarizado.