Anja Ringgren Loven rescató a Esperanza, el pequeño de dos años que deambulaba sólo por la calle y apenas podía caminar. En Nigeria, miles de niños se encuentran en esta situación.
Hace tres años, la danesa creó la ONG llamada African Children’s Aid Education and Development Foundation. Allí trabaja para rescatar a aquellos niños que son abandonados por sus padres que están convencidos de que habían parido a un “brujo”.
Esperanza es uno más de estos niños a los que consideran, por tradición, un peligro para el hogar y su único destino es el destierro familiar. El bebé que ahora rescataron, hacía ocho meses que vivía sólo en la calle, alimentándose de sobras.
Loven lo rescató y le brindó todo su amor como si fuera su mamá. La mirada perdida de Esperanza y en el estado devastador en el que se encontraba fue lo que más le llamó la atención a la activista.
“Hoy se ha sentado y nos sonríe, es un chico fuerte”, aseguró la representante de la ONG tras la evolución del pequeño, a quien el rostro le cambió porque le devolvieron la vida.