Las intensas lluvias que cayeron desde principio de año en Antofagasta terminaron regalando un paisaje soñado. En pleno desierto, más precisamente en la zona conocida como "Los Arenales", crecieron flores que maravillaron a los vecinos.
La vegetación se convirtió en una atracción turística y cientos de personas visitaron el lugar. El fenómeno no ocurría desde 2011, cuando también cayeron abundantes lluvias.
Para especialistas, se trata de especies típicas de la zona que, ante la falta de agua, se acostumbran a esperar durante años.
"Cuando tienen un poco de agua, la semilla inmediatamente germina y comienza a crecer un vegetal, pero como el vegetal ‘sabe’ que está en un ambiente impredecible, no gasta ni tiempo ni materiales en crear un vegetal grande, sino que el mínimo tamaño, un tallito e inmediatamente hojas para fotosintetizar y rápidamente se generan los órganos reproductores", explicó el científico local Carlos Guerra a La Estrella.