Un viaje que parecía de ensueño se transformó en un verdadero drama que nunca estuvo planeado. Isabel Ribotta, oriunda de Río Cuarto, quedó varada en Civitavecchia, Italia, tras enviudar el pasado 26 de marzo.
La mujer de 78 años y su marido de 77 formaron parte de la tripulación del crucero Costa Pacífica que recorrería distintos destinos de Europa. El 3 de marzo comenzaron su viaje, pero Arturo Padula se enfermó en medio de la declaración de emergencia sanitaria por el coronavirus y no quisieron bajarlo en Génova con el resto de los pasajeros. La embarcación navegó hasta Civitavecchia y allí descendieron. Poco después de atracar, su esposo fue internado en un hospital. Ese fue el último día que lo vio Isabel.
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"No me pude despedir ni nada, tendría que haberlo pensado, pero no tenía idea de que no me dejarían entrar al hospital. Lo último que me dijo cuando estábamos en la ambulancia fue 'dame el abrigo porque tengo frío'. Después me enteré por teléfono", reveló la mujer a través de un comunicado. Al parecer, el esposo de Isabel no tenía coronavirus, pero padecía de diversos problemas respiratorios graves, como bronquitis severa. "El 26 de marzo me llamó mi hijo Pablo para decirme que mi marido tuvo un paro cardíaco", contó.
Ribotta remarcó que las autoridades diplomáticas y la empresa turística se portaron bien con ella. Confirmó que su estado de salud es bueno, que no tiene coronavirus ni síntomas. La mujer todavía no sabe si los restos de su esposo fueron incinerados, aunque ya pasaron tres semanas del fallecimiento. Ella espera tomar una avión que la regrese a su ciudad natal, donde la esperan sus tres hijos y ocho nietos.