Naomi Musenga, de 22 años y madre de una beba de 18 meses, pidió ayuda al servicio público de emergencias de Francia por fuertes dolores en el vientre, pero no obtuvo asistencia inmediata. La operadora se burló de ella y murió de un infarto. Ahora, la fiscalía de Estrasburgo abrió una investigación por el caso.
El hecho ocurrió en diciembre pasado y Naomi estaba sola en su casa cuando comenzó a sentir fuertes dolores en el vientre, por lo que llamó por teléfono al SAMU, el servicio público de urgencias médicas francés.
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La familia consiguió la grabación telefónica del momento y se escucha cuando al pedido de ayuda de la mujer, la operadora le respondió: "Usted se va a morir seguramente algún día, como todo el mundo".
Además, recibió burlas no sólo de la mujer que regula las llamadas de servicio de emergencia, sino también de la del Centro de tratamiento de alertas de los bomberos, que dispone de ambulancias.
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La emergencia médica llegó al lugar varias horas más tarde, cuando la mujer volvió a llamar pidiendo ayuda urgente. Al ser trasladada al hospital, sufrió un infarto y murió.
Ante este hecho, la fiscalía de Estrasburgo decidió abrir una investigación por "no asistencia a persona en peligro" y la operadora fue suspendida en su trabajo.