“Parece que la gente tiene una idea de que los veganos estamos malnutridos y somos débiles. Al escalar el Everest queremos demostrar que los veganos pueden hacer cualquier cosa y más". Con estas palabras, Maria Strydom expresaba el objetivo que compartían con su esposo Robert Gropel, días antes de subir a la montaña más alta del mundo.
La australiana, de 34 años y profesora de la Universidad de Monash, logró llegar a la cima, sin embargo, murió cuando emprendía el descenso. En realidad, ambos sufrieron el llamado "mal de altura", pero las consecuencias fueron fatales sólo para la mujer.
María sufrió un edema pulmonar a causa de la altitud, lo que provocó la acumulación de líquido en el cerebro, provocándole la muerte. Su esposo logró sobrevivir y fue llevado con urgencia a un hospital.
El matrimonio se había propuesto subir a las siete cumbres más altas del mundo para desmentir a los que creen que los veganos no pueden realizar algunas actividades por falta de vitaminas.