Los residentes de la ciudad venezolana de Maracaibo, famosa por su prosperidad, ya que supo generar el 50% del petróleo que se vendía al exterior, hoy compran carne podrida para poder alimentarse.
Desde hace 9 meses sufren continuos cortes de energía, por lo que las heladeras fallan y no pueden mantener la carne en buen estado. Y todo se complicó el pasado 10 de agosto, cuando un incendio destruyó una de las líneas de energía que abastecían a los 1,5 millones de habitantes de la ciudad.
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Quienes hacen filas en las carnicerías para comprar carne echada a perder, la "limpian" para consumirla. "Huele un poquito mal, pero eso se lava con un poquito de vinagre y limón", contó Yeudis Luna, padre de tres chicos que la compra sólo para que sus hijos coman algo de proteínas.
Las consecuencias sanitarias son inmediatas: muchos caen enfermos tras consumir la carne podrida. En al menos cuatro carnicerías del mercado central de Maracaibo se vendía carne en mal estado. En una de ellas, su carnicero reconoció que mezcla carne fresca con trozos grisáceos, ennegrecidos.
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"La gente lo va a comprar", señaló José Aguirre, otro carnicero, mientras manipulaba un pollo.
Es el caso de Luna, cuidacoches de 55 años, con tres hijos de 6, 9 y 10 años, que la compró a sabiendas de su podredumbre, pero que se la llevó a su casa para hacerla comestible para sus niños. Luna contó que primero la enjuaga con agua, luego la macera toda la noche en vinagre, luego le agrega dos limones y finalmente la hierve con un tomate y media cebolla.
"Me dio miedo que se enfermaran porque están pequeños", confesó. "Pero sólo le cayó mal al pequeñito, que le dio diarrea y vómito". Luna está solo para lidiar con este drama. Su mujer y madre de los niños los abandonó y se marchó a Colombia porque, según contó Luna, no soportaba el hambre. Y nunca supo nada más de ella.