Hay quienes aseguran que el instinto de madre no falla. Eso le pasó a una mamá estadounidense que notó síntomas extraños en su beba de ocho días y decidió llevarla de urgencia a un hospital.
“Sostuve a mi bebé en brazos y me di cuenta de que podría morir”, contó la mujer en el Instagram de Tiny Hearts Education, un perfil de expertos en primeros auxilios. Al llegar al centro de salud, los médicos le diagnosticaron una grave enfermedad pero su rapidez le salvó la vida a su hija.
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Según dijo, notó que algo no estaba bien al alzar a su beba. Aunque al principio no logró identificar qué tenía, se dio cuenta que la ictericia de Maddie era cada vez mayor. El color amarillento es normal en la piel de los bebés y perdura por dos semanas pero a eso se le sumó que dormía más de lo habitual y su herida del cordón umbilical estaba irritaba.
“No parecía muy mal, pero simplemente no estaba bien y quería que la revisaran”, expresó la mamá que vivió momentos de preocupación. Con el paso de las horas, la niña tuvo fiebre y la llevaron al hospital.
Después de un rato intentando dar con un diagnóstico, los médicos le hicieron una punción lumbar para obtener una muestra de líquido de la médula espinal. Así dieron con que tenía meningitis.
Sin ocultar sus sentimientos, la mujer reveló: “No creo que nada pueda prepararte como padre para recibir una noticia tan devastadora”. Tras cinco días de espera, los padres recibieron los resultados y pudieron confirmar que era una meningitis viral y no bacteriana, la cual implica más gravedad.
“Una cosa que me llamó la atención fue que el equipo siguió elogiándonos por haber llegado cuando lo hicimos y se tomó en serio mis preocupaciones y mis instintos maternales”, comentó y afirmó que Maddison ya se recuperó y está fuera de peligro.