En Canadá, un papá tuvo una idea diferente y su historia se volvió viral en todo el mundo. El hombre se tatuó en su pecho la mancha de nacimiento de su hijo para hacerlo sentir bien.
Derek Prue se llama igual que su padre. Tiene ocho años y prefiere no meterse a la pileta, aún cuando el día es muy caluroso. Este tipo de indicios hicieron que su papá se diera cuenta: tenía vergüenza de mostrar la marca de nacimiento que lleva del lado izquierdo del torso.
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“Pensé que sería positivo tatuarme la misma mancha, para demostrarle a mi hijo que no estaba sólo”, explicó Derek Prue padre a medios canadienses. Y agregó: "Solo quería que se sintiera bien en su propia piel”.
El hombre se expuso a ocho semanas de sesiones que superaron las 30 horas en total. Al enterarse del motivo del padre, el tatuador Tony Gibbert no cobró por su trabajo.
Derek sorprendió a su hijo un día que fueron juntos a la pileta de nuevo: se sacó la remera y le mostró la marca al niño, quien no pudo ocultar su felicidad. "Ahora tenemos las mismas manchas de por vida", dijo feliz el padre a CBC News.