Hasta la forma en que se expresó en su informe el fiscal especial Robert Hur parece evidenciar una intencionalidad política apuntada a favorecer a Donal Trump.
El premio Nobel de Economía, Paul Krugman, equiparó lo que hizo Hur con un golpe de estado contra el actual presidente.
Ocurre que, en lugar de limitarse a una terminología exclusivamente formal y jurídica, el funcionario judicial que entrevistó a Joe Biden lo describió como un “hombre bien intencionado, pero anciano y con mala memoria”. A eso se suma que le hizo al presidente norteamericano una pregunta y publicó la supuesta respuesta, lo que parece un golpe bajo a quien también es pre-candidato demócrata para la elección presidencial que se realizará este año.
Le preguntó cuándo murió su hijo, Beau Biden, y el presidente de Estados Unidos demoró en responder porque dudó sobre la fecha de aquel deceso producido en 2015 por un tumor cerebral que, como fue muy evidente en su momento, derrumbó anímicamente al entonces vicepresidente por mucho tiempo.
Es bastante común no recordar fechas aunque sean sumamente importantes. Mucha gente carece de la facilidad de muchas otras para recordar fechas. Por eso resulta irrelevante que Biden haya trastabillado respecto al día de la muerte de su hijo, lo que muestra esa pregunta del fiscal especial como una jugarreta cruelmente mal intencionada para mostrar al jefe de la Casa Blanca como un geronte intelectualmente decrépito.
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Las preguntas que hizo y ciertas frases que utilizó en el informe que presentó a la Justicia y se difundió al público, van en la misma dirección que lo muestran los recolectores de bloopers del presidente que le dan munición a las usinas ultraconservadoras para que, a través de sus fans y de sus trols, inunden las redes de videos en los que Biden comete errores o se muestra desorientado o trastabilla y cae, o cualquier imagen que sirva para mostrarlo como un anciano cuya mente se extravía cada dos por tres, por lo que ya no está en condiciones de gobernar a los Estados Unidos, y mucho menos por un segundo mandato.
Por cierto, las dudas sobre la lucidez del mandatario demócrata no surgen sólo de las usinas de propaganda y difamación del trumpismo.
Que Joe Biden se candidatee a la reelección a pesar de que hay señales de fatiga quizá relacionada con la edad, aunque no necesariamente, es una muestra de la falta de liderazgos capaces de concitar apoyos masivos entre los norteamericanos como para evitar el retorno al poder del magnate neoyorquino a pesar de la gravedad de algunas de las tantas causas judiciales que pesan sobre él.
Pero eso no resta gravedad a lo que hizo el fiscal especial Robert Hur, por lo que significa como un acto de corte abiertamente político para influir sobre un proceso electoral de manera negativa para Biden. Por lo tanto, favorable al millonario que busca recuperar el Despacho Oval de la Casa Blanca.