Un intento de magnicidio en Europa despierta fantasmas inquietantes. La Primera Guerra Mundial tuvo como chispa inicial las balas que un ultranacionalista serbio disparó en Sarajevo contra el heredero del trono austrohúngaro y su esposa. El intento de magnicidio mediante envenenamiento contra el líder ucraniano Viktor Yushchenko fue la primera señal rusa de lo que acabó con la invasión y la guerra en marcha.
Ahora, el primer ministro eslovaco ha sido baleado y deambuló por la cornisa de la muerte durante varias horas en la sala de cirugía.
Robert Fico es una figura protagónica en la política de su país y también está influyendo en la Unión Europea (UE). Ocupa el cargo de primer ministro por cuarta vez y jugó roles decisivos en la incorporación de Eslovaquia a la UE y, principalmente, en el reemplazo de la corona eslovaca, antigua moneda nacional, por el euro.
Sin embargo, su último giro lo cambió de vereda. Pasó sin escalas del pro-europeísmo al anti-europeísmo. Se paró en el mismo lugar que su colega húngaro Viktor Orban, o sea más cerca de Moscú que de Bruselas.
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Fico tiene 59 años y entró en política a través del partido comunista checoslovaco, pero pocos años después, la Unión Soviética se desintegraba, el Pacto de Varsovia desaparecía y la “Revolución de Terciopelo” sacaba a los comunistas del poder en Checoslovaquia. Pocos años más tarde, ese país creado por Tomás Masaryk tras la Primera Gran Guerra, también desaparecía.
El antiguo partido único se dividió entre las nuevas República Checa y Eslovaquia. Allí se convirtió en socialdemócrata y europeísta, contando entre sus dirigentes con el ascendente Robert Fico.
Pero Fico fue mutando políticamente hasta crear el partido Smer, que significa Dirección y pregona un extraño izquierdismo ultranacionalista, xenófobo, eslavista y pro-ruso.
Puso a Eslovaquia en la misma vereda de la Hungría de Viktor Orban, engrosando y fortaleciendo esa suerte de quinta columna funcional a Vladimir Putin que tienen la UE y la OTAN.
Su anterior gobierno se vio interrumpido por un doble asesinato que lo puso bajo sombras de sospecha a él y a su partido. Un sicario asesinó a Jan Kusiac y a su novia. Kusiac era un periodista de investigación que investigaba y denunciaba fraudes fiscales de empresarios ligados al partido Smer y posibles vínculos ocultos entre el gobierno de Fico con la mafia calabresa ´Ndrangheta.
Aquel doble asesinato lo enfrentó con el entonces presidente, Andrej Kisca, cuyo partido era opositor al del primer ministro.
Fico renunció, pero el creciente peso de la guerra en Ucrania sobre la economía hizo que su posición abiertamente favorable a Rusia en esta guerra le allanara el camino de retorno al poder. El eslogan de campaña con que logró ganar la elección y encabezar un cuarto gobierno, fue “ni una sola bala más para Ucrania”.